viernes, noviembre 11, 2011

Compartiendo un poema

Una talentosa escritora del blog "Feliz Enfermedad" ha confeccionado un poema tremendamente gráfico sobre la situación que se vive en los calls, gracias Alina por expresar de manera crítica tu talento y por permitir que nos hagamos eco del mismo. 

Ante un espejo de cubículo,
la sonrisa estirada de gesto embustero,
de rostro de actriz,
de mente en la nada.


En un edificio de autómatas el día entero en alguna ventana varada
Y pasan las nubes y el sol y el silbido de las horas pasa,
pasa todo y permanezco yo, adentro,
adentro de mi, esperando un afuera.

El día entero en alguna silla postrada,
en donde no hay lumbrera
y la individualidad es escasa.

En la ventana varada, en la silla postrada,
tan lejos de la gente y sus mapas de inquietud,
y sus bordes de silencios interrumpidos por palabras,
y errores, planes e invenciones,
trapos y desnudos,
embriagos lucidos
y desconcertantes ebriedades.

Cuan lejanos son sus amargos perfectos
y aquellas atroces realidades de dulces imposibles
y utopías fantásticas de existencias sedentarias,
de eclécticas visiones, neutras pasiones,
o vidas de malabares.

Tan remota aquella mundología cristalizada desde esta silla,
tan vecino ese personaje invisible en el teléfono,
del que se conoce tan solo un perfil incierto.

Me empalidecen todas estas letras juguetonas en la pantalla,
y este oficio de robot que renombra como agente de prisión me atolondra,
parezco la caricatura vencida de algún otro androide,
yo no quiero vender mi voz…

En el receso solo pienso:
Estas cenizas que reviven el tiempo que ando muriendo,
me refugiare en este libro,
para restarme los amigos por un buen rato…

Por Alina Kummerfeldt

Para ver más de sus creaciones visita http://felizenfermedad.blogspot.com