viernes, agosto 10, 2012

Estabilidad y Call Center

Hace días tengo este tema en mi cabeza, debe ser una crisis de la edad, en donde me siento frente a decisiones importantes y determinantes que implican precisamente estabilidad laboral. Les comparto mi preocupación.

Es claro que socialmente se ha creado un estereotipo o una pre imagen de quienes somos trabajadores y trabajadoras de Calls; se nos imagina como gente muy joven que trabaja en horarios flexibles porque estudia, que no tiene mayor responsabilidad que ver por sí misma; que vive con sus padres, sin hij@s, sin cuentas, de un trabajo temporal...Sin embargo, esto no podría estar más alejado de la realidad.

Las personas que trabajamos en Calls, así como en cualquier otro oficio, tenemos condiciones diversas, sí habemos muchos(as) estudiantes, así como personas independientes, que emigramos del campo a la ciudad a trabajar y/o estudiar, madres y padres (solteros y casados), que vivimos con nuestras familias, que somos el único sustento en nuestro hogar. Todas personas con las que compartimos nuestro diario vivir, con todo lo que la condición de humanos sociales refiere.

Y bueno mi meditación cae en la realidad de que quienes trabajamos en Calls es personal "rotamos" mucho (todos y todas que trabajamos acá sabemos los movimientos internos y externos de las empresas); y la realidad es que somos personal que no cuenta con mucha estabilidad laboral.

¿Cuántos hemos vivido el miedo de que “van a cerrar nuestra cuenta” o “no cumplimos con las metas” o “tengo muchos monitoreos negativos” y amonestaciones? ¿Cuántos hemos visto y vivido el caerle mal al supervisor y que te tengan "entre ojos"? Sabemos que  los despidos y renuncias son parte de la cotidianidad del trabajo, aunque claramente  tenemos gastos, pagamos renta, comemos, luz, agua, teléfono, internet,  responsabilidades y también aspiramos a otras cosas a futuro.

Yo no sé ustedes pero a mí me gustaría tener casa propia o carro y hasta poder pagar tratamientos médicos o dentales; siendo honesta ésta inestabilidad no nos permite tener la seguridad para acceder a préstamos y hacer nuestros sueños realidad. Ya sea porque nos los niegan o porque ni siquiera nos atrevemos a pedirlos porque no sabemos si podremos pagarlos a futuro.

Es realmente injusto porque así como cualquier otra persona trabajadora tenemos derecho a hacer nuestros sueños realidad y no a vivir o sobrevivir de mes a mes haciendo malabares para conservar el trabajo. Este análisis me llevo a ver que necesitamos herramientas para poder ser estables laboral y económicamente, necesitamos regulación de nuestros contratos de trabajo y nuestras condiciones, necesitamos organizarnos por nuestro futuro.
 
¡Tenemos voz, tenemos rostro, tenemos derechos!
CALLS ORGANIZADOS


miércoles, agosto 01, 2012

Excursión al call center

Les compartimos un hermoso poema del talentoso autor salvadoreño Javier Ramírez, que se encuentra publicado en su blog "Ser nadie". Gracias al compañero por expresar de manera tan hermosa las dolorosas injusticias que vivimos como trabajadores y trabajadoras del sector.  

Tenemos frío
y hambre,
estamos frustrados
y deseando que se acabe esta vida
(pasar a una mejor).
Estamos presos,
pasamos el tiempo pensando en lo que haríamos libres;
no tenemos dinero,
tenemos hambre.
El día y el mundo
parecen estar vivos afuera.
No podemos sonreír,
no podemos.
Tenemos motivos ocultos
mas no los revelamos;
somos vigilados:
negros ojos que salen del techo,
de cada rincón,
hurgan nuestros pensamientos
(no puedo dejar de ser consciente de ello).
Sentimos hambre
y nos callamos;
jamás lo revelaremos
porque no somos débiles.
A nadie le importa acá
lo que pasa con nosotros.
Sólo somos una voz
sin rostro,
sin nada.

"Algún día en mi vida
tendré una mejor vida
y recordaré el pasado
feliz de haber salido de él.
Algún día..."

¿Puedo ir al baño?

Recuerdo que cuando estaba en el kinder o en la escuela y me daban ganas de ir al baño, tenía que levantar la mano en media clase, esperar a que la "niña" o "el profe" me diera la palabra y hasta entonces, preguntar si podía salir. Algo curioso es que nunca me dijeron que no. Asumo que todo el mundo sabía lo perjudicial que podría ser para mí y para la clase llevarle la contraria a mi sistema urinario o digestivo. Claramente, en ese entonces, tenían que percatarse de mi salida para estar pendientes de mi llegada: si duraba demasiado tiempo fuera, significaba que algo malo me pudo pasar en el camino ¿Cierto? Hasta tierno suena cuando una lo recuerda, me estaban cuidando.

Pero la historia ya no es tan soñada y rosadita. Juzguen ustedes: a mis 25 primaveras, trabajando en un call center, previa solicitud de mi vejiga o colon, tengo que "pedir permiso para ir al baño" a mi supervisor. Aplico el procedimiento aprendido en mi niñez: levanto la mano, espero a ser notada, y hasta entonces, pregunto. La diferencia entre el antes y el ahora, aparte de la cara, es que por más alto que levante mi brazo o por más fea que sea la mueca de dolor que le hago a mi jefe, 80% de las veces no me da permiso de levantarme, aunque con mis dedos le señale que tengo que hacer del 2. Bien podría agregar a mi experiencia laboral mi "capacidad de aguntar las ganas de orinar y/o defecar durante más de 3 horas".

¿Mi jefe me quiere cuidar? ¿Ir al baño es muy peligroso para una ingenua y vulnerable joven como yo? ¿Las regresiones a mi niñez estimulan mi nivel de productividad? Simplemente, esto sucede porque los tiempos de desayuno, café o baño no se encuentran regulados por ley. Ingenua y hasta sádicamente me dijeron en el Ministerio de Trabajo que en este caso, es mi jefe quien debe utilizar el sentido común para definir cuándo y cuánto tiempo puedo dejar mi cubículo ¿Quieren saber cuál es el orden natural de las cosas para ese mae? Quien tiene el poder explota a quien no lo tiene...hasta que literalmente se le salgan las entrañas. Al final de cuentas, le sale más barato pasar un trapeador y llenar el aire de aromatizador, que dejar que me levante menos de 5 minutos de mi puesto de trabajo.  

Una cosa es segura: si no nos organizamos pronto para regular vía legislativa nuestra labor en call center, dentro de varios años trabajaremos en pañales...


¡Tenemos voz, tenemos rostro, tenemos derechos!
CALLS ORGANIZADOS